El Plan Director de Restauración y Rehabilitación Integral
del Palacio de Carta permitirá la recuperación de una joya patrimonial del
municipio de Santa Cruz de Tenerife y, junto al acuerdo de cesión de uso al
Ayuntamiento por parte del Gobierno de Canarias, hará posible que la ciudadanía
vuelva a disfrutar del inmueble y a admirar sus indudables atractivos. 
Este mismo año está prevista su apertura como centro de información turística e
histórica de la ciudad, según anunció hoy el alcalde, José Manuel Bermúdez.


El mandatario municipal presentó el documento técnico en un
acto celebrado el patio del Palacio de Carta, acompañado de los directores
generales de Patrimonio y de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias,
Arturo Cabrera y Miguel Ángel Clavijo, respectivamente, y del redactor del
proyecto, Carlos Pallés. También acudieron a la presentación el quinto teniente
de alcalde y concejal de Cultura, José Carlos Acha; el octavo teniente de
alcalde y concejal de Hacienda, Juan José Martínez; el noveno teniente de
alcalde y concejal de Promoción Económica, Alfonso Cabello, y la concejal de
Patrimonio Histórico, Yolanda Moliné. Igualmente, entre el público se
encontraba el cronista oficial de Santa Cruz, José Manuel Ledesma, y
representantes de la Tertulia Amigos del 25 de Julio.

Bermúdez explicó  que una vez elaborado el Plan
Director, un documento técnico que en su versión original consta de 800
páginas  y por el que felicitó a su autor, se podrán afrontar las dos
fases del proyecto de obra.

En la primera, se actuará fundamentalmente sobre el patio
central del edificio, que albergará un punto de información turística e
histórica del municipio, además de reservarse un lugar destacado para el Cañón
Tigre, que podría abrir al público este mismo año. A continuación, según dijo
el acalde, se afrontaría la segunda fase para la rehabilitación del resto del
edificio y, en paralelo, su habilitación como un museo de historia, “moderno y
aprovechando las posibilidades tecnológicas actuales”.

Sin contar con la dotación de contenidos al museo, las obras
de rehabilitación del inmueble tendrán un coste aproximado de 1,2 millones de
euros, de los cuales 200.000 corresponden a la citada primera fase.

En este sentido, el acalde subrayó la importancia histórica
del propio edificio, “que es el lugar más adecuado para exponer nuestros
valores históricos y contribuir a la promoción turística de la ciudad, junto a
otros elementos importantes del patrimonio y la cultura municipal, como el
Templo Masónico, la plaza de Los Patos o la futura Casa del Carnaval”.

El arquitecto Carlos Pallés explicó los aspectos más
importantes del Palacio de Carta y aseguró que, si bien el conjunto no presenta
deficiencias graves, sí precisa de actuaciones que permitan su adecuación como
centro de concurrencia pública.

Pallés resaltó las cualidades arquitectónicas del inmueble y
subrayó que después de diez sin uso, el edificio se ha resentido.“Se trata de un inmueble que en sí mismo reúne la historia
de Santa Cruz, con sus aciertos y desaciertos”, por lo que defendió también su
uso como centro museístico.

Miguel Ángel Clavijo, por su parte, expresó el “total
compromiso” del Gobierno de Canarias con la conservación y promoción del
patrimonio histórico de Santa Cruz, “una ciudad que debe ajustar cuentas con su
propia historia y comenzar a difundirla a todos los niveles”.

Arturo Cabrera adelantó que la próxima semana o a principios
de mayo se podrá firmar el acta de cesión desde el Gobierno de Canarias al
Ayuntamiento de Santa Cruz, un paso previo y preceptivo para su futuro uso
público.

Guía de protección y actuación

El Plan Director constituye no solo un compendio de datos de
diverso tipo –históricos, sociales, culturales o arquitectónicos- sobre el
inmueble, sino que también se erige en la guía para su protección,
conservación, restauración, documentación, investigación o accesibilidad.

El documento incorpora los criterios básicos de intervención
para la restauración de la imagen exterior del edificio –recuperando y
reparando los elementos degradados- y para la recuperación de los espacios
interiores originales, haciéndolos compatibles con las actuales normativas. En
cualquier caso, siempre se garantizará el mantenimiento de los valores
histórico-arquitectónicos del edificio y su autenticidad.

Con carácter más especifico, se incorporan los criterios
para restaurar y reparar los elementos estructurales, los elementos de cierre,
los materiales originales y los elementos decorativos, escultóricos y
ornamentales.

El Plan también define cada una de las fases en las que se
deberá desarrollar el proyecto de ejecución: restauración, rehabilitación y
adecuación del edificio.

A modo de ejemplo y en relación con uno de los elementos más
característicos del inmueble, su patio, el Plan Director indica que se
mantendrá protegido de manera integral, “por el altísimo valor y belleza de sus
magníficas carpinterías”. Se permitirá, en cualquier caso, su cubrición con un
lucernario de diseño contemporáneo, por ejemplo con material plástico
transparente de última tecnología, tipo EFTE. Por lo que respecta al pavimento,
éste “deberá sustituirse por uno que cumpla las actuales especificaciones para
pública concurrencia, en cuanto a calidad y antiresbalicidad, y, además, deberá
tener la belleza y diseño que compatibilice con la belleza e historia del
Patio”, indica.

El Plan añade, sobre el patio secundario, “antiguo traspatio
a un nivel inferior, con acceso desde la calle San José”, que es una
reconstrucción de la intervención del proyecto del arquitecto Enrique Rumeu de
Armas de 1953. “El resultado es regular, sin comparación con el histórico
principal y se permitirá modificar la fachada hacia las escaleras de madera y
galería, para poder introducir una escalera especialmente protegida que
garantizará las condiciones de seguridad para el uso público del edificio”. 
También se permite abrir grandes huecos en su el forjado del suelo, para
colocar vidrio pisable, lo que permitirá ver lo que se pueda presentar en las
dependencias del nivel inferior, relacionadas con el concepto de la “inmersión
histórica”; por ejemplo, las antiguas cuadras de la casa de los Carta; los
calabozos, cuando el edificio albergó la Capitanía o el Gobierno Civil; o la
cámara del tesoro, en su época de banco.

En cuanto a las cubiertas históricas, por el interior
mostrarán la carpintería de su tipología, “a una, dos, tres o cuatro aguas”,
para lo que se retirarán todos los falsos techos, y además se conseguirá la
necesaria altura piso techo para uso público. Por el exterior, se
inspeccionarán y repararán para evitar las actuales humedades y goteras. 
Se permite la modificación de las cubiertas existentes, para poder introducir
las nuevas cajas de escaleras, ascensores y galerías acristaladas necesarias
para los nuevos usos del Palacio de Carta. Los pavimentos actuales, que no
tienen interés especial, están obsoletos y sus prestaciones son inadecuadas
para los nuevos usos, por lo que se podrán y deberán sustituir en su gran
mayoría.

En las zonas en las que bajo algunos de los pavimentos
actuales, se encuentren las antiguos de  tablas de madera de tea, u otras
nobles, se retirarán los sobrepuestos y se rehabilitará el pavimento original
de madera.

Un tesoro de Santa Cruz

El Palacio de Carta, ubicado en la plaza de la Candelaria,
fue construido por el francés Francisco de la Pierre en 1752 por orden del capitán
de Infantería y primer alcalde electo de puerto de Santa Cruz de Tenerife,
Matías Bernardo Rodríguez Carta. De la Pierre mandó a demoler el antiguo
edificio para construir un palacio que sirviera de residencia para su familia
que, en aquella época, ejercía una gran actividad comercial y de mecenas, por
lo que eran consideradas como una de las más influyentes.

Su construcción, que se prolongó durante 30 años, gira en
torno a un patio central, uno de los más monumentales del Archipiélago, e
incluye tres plantas más un sótano. En él, se unen los estilos barroco y
neoclásico, este último en la fachada principal que está orientada hacia la
plaza de La Candelaria. Elaborada íntegramente de cantería, es la única que
conserva la ciudad.

En sus más de tres siglos de historia, este inmueble ha sido
sede de la Capitanía General de Canarias, residencia de 19 capitanes generales
y sede del Gobierno Civil. El tiempo de mayor esplendor correspondió al mandato
del general Ameltler. Durante esa época, se celebraron numerosas reuniones
sociales y encuentros de transcendencia histórica como fue la escala realizada
por el general Prim durante su viaje a México.

En 1945, y tras largos años de desuso, fue adquirido por el
Banco Español de Crédito, que realizó una completa restauración, hasta su
adquisición en 2007 por el Gobierno de Canarias, que pagó por él 5,8 millones
de euros.