El quinto teniente de alcalde y concejal de Cultura del
Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, José Carlos Acha, presentó esta mañana
una nueva edición de ‘Santa Cruz, ciudad leída’, que consiste en la colocación
de paneles en los que se reproducen fragmentos de obras literarias que citan a
la capital tinerfeña. La finalidad de esta iniciativa es fomentar la afición
por la lectura y señalar rincones de la ciudad que han merecido la atención de
numerosos escritores. El responsable municipal de Cultura estuvo acompañado por el
periodista y escritor Eduardo García Rojas, que ha sido el responsable de
seleccionar los textos.
José Carlos Acha resaltó que “en esta nueva edición se han
seleccionado escritos de viajeros que han visitado la ciudad a lo largo de la historia y
han dejado constancia de su experiencia en libros y cuadernos de viaje que
ayudan a hacernos una idea de cómo era el archipiélago en los tiempos en que
nos visitaron”.
En este caso se han escogido fragmentos de algunos de estos
libros y cuadernos de viaje firmados por visitantes ilustres por el retrato que
ofrecen de una capital que aún no ha terminado de superar su característico
aire de provincia, pero que supo seducir y de alguna manera robar el corazón de
estos trotamundos.
Los fragmentos seleccionados corresponden a las obras ‘Viaje
a Tenerife’, de William R. Wilde; ‘Un día en Tenerife’, de Richard Francis Burton; ‘Primera estancia en
Tenerife’, de Sabino Berthelot; ‘Viaje a las islas afortunadas. Cartas desde
Canarias en 1879’, de Jules Lecrercq; ‘Viaje a la isla de Tenerife’, de André
Pierre Ledru; ‘Viaje pintoresco alrededor del mundo’, de Jules Dumont
D’Urville; ‘Tercer viaje’, de James Cook; ‘Islas de África Occidental’,
de Alfred Burton Ellis; ‘Impresiones
y observaciones de un viaje a Tenerife’, de Jean Mascart y ‘La agencia de
viajes Thompson y Cía’, de Julio Verne.
Los
diez paneles, que figuran en lengua española e inglesa, están situados en la
Plaza de España, frente a Correos, frente al Cabildo, a la entrada del muelle y
a la entrada del subterráneo del Castillo de San Cristóbal; dos en la Alameda
del Duque de Santa Elena; otra en una de las farolas del paseo de Valleseco, en
la Plaza del Príncipe y dos en la Plaza de La Candelaria.
Resulta muy interesante el ambiente que refleja Sabino
Berthelot de cómo fueron los carnavales santacruceros durante la primera mitad
del XIX o la pulcra mirada con la que la observa William R. Wilde, quien
describe sus impresiones de la capital y en concreto de la estatua de la virgen
de Candelaria, en aquel entonces instalada en la llamada plaza de la
Constitución. 
También se ha escogido un fragmento de ‘La agencia de viajes
Thompson y Cía’, de Julio Verne -aunque muchos son los expertos que atribuyen
esta obra a su hijo, Michel Vern-  porque además de ser la única novela de
esta selección, promociona el Archipiélago canario como lugar de destino
turístico y no ya como puerto de escala ni islas singulares en las que
recalaban viajeros que hicieron de la aventura la razón de su vida.
José Carlos Acha aclaró que, en algunos casos, se ha
respetado la grafía empleada cuando fueron escritos los textos, así en algunos
de ellos pueden figurar aparentes faltas de ortografía que realmente no lo son,
porque era la grafía de finales del siglo XIX o principio del XX.