Pocas cosas son más
enriquecedoras en la vida que viajar, más cuando el contacto con otras
culturas te sirve para conocer una idea tan genial como para ganarte la
vida y a su vez, ayudar a los demás. Esto mismo le ocurrió a Natalia
Fernández
, educadora social, que en unos de sus viajes de voluntariado a
Bolivia absorbió de unos italianos la idea de montar una
pizzería-escuela para importarla a Tenerife.

Un negocio que desde
finales del mes de junio funciona y gusta en la calle Juan Pablo II de
Santa Cruz, tanto por su oferta de restauración como por su vertiente
social, dado que La Ecológica, además de ser pizzería, es una escuela de
formación hostelera para jóvenes en riesgo de exclusión social a través
de la ONG Ekananda, que la propia Natalia dirige. “Siempre he trabajado
con este sector de la sociedad, que cuando cumple la mayoría de edad
queda a la deriva. Había que hacer algo al respecto, por eso nació este
proyecto”, declara la emprendedora.

Aunque el proyecto está en
fase embrionaria, ya han pasado varios alumnos por la escuela de La
Ecológica; jóvenes, entre 16 y 23 años, que en su mayoría han estado en
centros de acogida y proceden de barrios del municipio, como Ofra o
Añaza. “Actualmente colaboramos con Cáritas de Añaza para formar a los
chicos del proyecto Añaza Por sus Jóvenes, de este modo ayudamos a sus personas a
encontrar una oportunidad en el mundo laboral”, indica Fernández.
“Solemos tener dos chicos por razones de tiempo y espacio, uno en sala y
otro en cocina, aunque tenemos un equipo fijo de profesionales con
experiencia, que además de enseñar a nuestros alumnos, deben estar ahí
para garantizar la mejor atención y servicio a nuestros clientes”,
añade.

La Ecológica como pizzería ofrece una carta con más de una
decena de pizzas, además de ensaladas y platos elaborados con productos
ecológicos, principal reclamo de este restaurante decorado gustosamente
con un estilo rústico y colorido. “La calidad de los ingredientes se
nota en el resultado, de ahí que la gente que viene, suele repetir”,
afirma la propietaria. “También valoran que ofrecemos platos muy sanos,
queremos fomentar que la gente tenga unos hábitos alimenticios
saludables”, matiza.

Natalia cree que “todavía es muy pronto para
hacer una valoración, pero por ahora estamos muy contentos”. Las redes
sociales y sobre todo, el boca a boca, han sido los canales que más han
ayudado a este negocio a darse a conocer. “Solo llevamos dos meses y han
sido meses de verano, que quieras o no, siempre hay menos gente en las
ciudades pero por suerte cada vez son más lo que reservan o vienen al
local a recoger su pedido para llevar”, explica.
Lo que no cabe
duda es que lo mejor de La Ecológica está por llegar, las expectativas
de Natalia son las de hacer crecer la escuela para velar por el futuro
de muchos jóvenes de la isla y realizar eventos en consonancia con la
filosofía que propone el restaurante y la ONG, para ello reconoce “estar
realizando trámites con asociaciones e instituciones”. Mientras tanto,
en el camino quedan muchas pizzas por hacer, pizzas con ingredientes al
gusto del cliente pero con una base a favor de la integración social.

Escrito por CARLOS MIRABAL