No creo que exista persona cuerda
que pueda entender, qué lleva a una mujer aparentemente integrada en la
sociedad a emplear su dinero en varias compras diarias para alimentar a
palomas, ratas y cucarachas. He visto que llena su carro, hasta tres veces al
día, de arroz y he llegado a contar quince barras de pan cogidas al tirador.


Recorre todas las calles de Santa Cruz, rociando cada esquina con arroz para
las palomas e introduciendo pan troceado en las alcantarillas para tener
alimentadas a las ratas y cucarachas; provocando que en muchas zonas estos animales hagan acto de presencia. ¿Qué clase de inmunidad puede tener para
que sus actos no sean sancionados de forma efectiva? ¿Qué hay que hacer para
que no lo haga más?.

Muchos somos los vecinos y empresarios de la capital que tenemos que sufrir la
actitud violenta y desafiante de esta persona. Una vez llegó a decir que hacia esto porque “un día las
ratas y las palomas tomarán el control del mundo”.

Da tristeza pensar en las  miles de personas que pasan hambre, mientras que
esta señora se siente más satisfecha alimentando bichos que compartiendo, lo
que está claro que le sobra, con quien realmente necesita ser ayudado.

Escrito por: LUZ MARINA CASTRO